28 de abril de 2010

Demasiado

Demasiadas palabras por decir. Demasiadas historias por contar. Demasiados pensamientos sin expresar. Todo es demasiado si nos convertimos en personas ausentes, pensadoras de la vida sin actuar, callándonos y dejando a los demás con nuestras elecciones.

Las cartas se apelotonan, los borradores no caben en la papelera, lo bolígrafos sin carga. Es un intento, un intento equivalente a cero, nada. A lo menos que has sido valiente, te has enfrentado a las dificultades, a las colinas y montañas de los momentos y las personas. Ya llegarás. Sé fuerte y encuentra el final.

No soy yo ejemplo digno de mostrar, ni el valor de una ecuación para demostrar el resultado sin prueba de multiplicación; sin embargo he vivido, y las personas han ido pasando, se han marchado amigos y gente que quería, otras que no sé que les ha pasado pues no dejaron huella en mi existencia, y las demás, las que por unas cosas o por otras, no eran de agrado y más que feliz de no tenerlas aquí, pero a ninguna creo haberle demostrado en cara lo que las quería o no, lo que les echo d menos o no, aunque son muchos los intentos y más aún las cartas y mensajes enviados.

Es la experiencia la que nos enseña, la única que nos abre los ojos para no caer otra vez con la misma piedra, ella y no cualquiera que nos advierta, y a veces ni siquiera ella, quien es tozudo lo es, algo maravilloso esconderá tras eso.

Guarda las cartas, los sentimientos escritos, pues es verdad que así los mantendrás siempre, pero apártalos, sé valiente y consigue echarle valor a lo que quieres. Exprésate.

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