23 de agosto de 2011

Irlanda 2011

Una isla.

Verde.
Inglés, irlandés.

3 semanas.
Nunca te podrías imaginar lo que te puede cambiar hasta que no lo vives. Jamás imaginarías que tras meses esperando esa experiencia, momentos planeando que ibas a llevar, como iba a ser, dando envidia o necesitando mimitos de tus amigas. Una reunión llena de expectación, de muchachos, de alegrías.
Nunca te podrías imaginar lo maravilloso de hacer y rehacer una maleta, sin sobrepasar los 20 kg, decorándola para saber diferenciarla, llevar de todo y que no falte nada. Llevar ropa de casi invierno. Lo maravilloso de llegar al autobús, conocer a gente nueva, sentarte, viajar 4 horas de noche, con sueño.Sentir esa angustia en el aeropuerto, pasar horas esperando el embarque, sentir la angustia agobiante de sobrepasar el límite de peso y no poner cara de sorpresa.
Nunca podrías imaginarte lo increíble de 2 horas viajando en avión, agarrada de la mano de las que serían las que siempre estarían a tu lado, allí o aquí, por miedo a cualquier idea que se nos imaginase, dormirse, pasar el tiempo, notar como aterrizar, y pensarlo, decirlo, imaginarlo, pero todavía sin creerte aún que estás en un país extranjero, distinto. Lo increíble de pasar 3 semanas allí, sin aún creerte que has estado viviendo allí, como tu segunda casa, con tu segunda familia, con unas fantásticas amigas.
Nunca podrías imaginarte lo maravilloso de Irlanda si no lo ves, aquellos paisajes verdes, casi sin ver el cielo en los bosques llenos de rocío y humedad, en los descampados con el poco sol que brilla, sientes tranquilidad, paz, ganas de descansar, de no pensar en nada más. Sólo que estás allí, disfrutando, conociendo.
Nunca te podrías imaginar, no lo maravilloso, pero la ilusión que te hacía estar 4 horas de clase, aprendiendo inglés, mientras que hablabas más español, conocer gente, reírte, saber que ibas a perder sin ninguna ganas de ganar, comerte una manzana pequeña, pero riquísima, una chocolatina, un yougurt que sería famoso, que se compartirían cada una de sus bolitas, saber compartir aquellos bocadillos que no sabían a nada, pero que se comían con un gran hambre.
Lo maravilloso que es aprender a reírse de uno mismo antes que de los demás, hacer el ridículo sin avergonzarse, disfrutar haciendo lo que te gusta, cantando sin conocer canciones que se convertirían en algo tuyo, pintar, relajarte, mancharte; reírse más que bailar, hacer caso omiso de las clases de deporte...
Nunca te podrías imaginar lo agradable, increíble, magnífico de entrar dentro de otra familia, hacerse notar, sentirte agusto, con cariño, que te tratan como una más, que te llenan de comida a todas horas, te invitan a estar con ellos. Sinceramente no hay palabras, no hay palabras para esa familia, "my irish family", mi madre y mi padre irlandeses, mi única hermana y my little little brother.
Nicole, Olvia, Ryan, Gary and me.

Al igual que no hay palabras para describir lo maravillosas, estupendas, buenas personas, charlatanas, sonrientes, alegres, increíbles y locas que son las chicas que me han acompañado durante todo este tiempo. Esas chicas que no te han dejado, con las que has compartido momentos que no se pueden olvidar, aquellas chicas a las que no podrás olvidar., esas chicas a las que ahora quieres tanto.













Porque Irlanda no será el mejor país del mundo, estas amigas no serán perfectas y a my irish family no la veré siempre ni me recordarán siempre; pero nadie que lo viva, como lo hemos vivido todos los que lo hemos pasdao podrá decir que ha pasado un verano y una experciencia inolvidable.













                            Porque ha sido inolvidable. Porque faltan palabras para poder describirlo.
                                                                     Irlanda / Carlow 2011 <3