5 de abril de 2010

¿Cómo hacer feliz a un niño?

El egoísmo es propio de cada cual. Todos tenemos una pizca de este sentimiento, todo lo que hacemos es por sentirnos nosotros mejor. Al igual que hacer feliz a un niño. Como una experiencia.
Bajo las escaleras rápido, siento ese cosquilleo de la última hora, y ante el viento fresco que me sacude el cabello se me ocurre una idea. Hago el recado y vuelvo fuera rápidamente. Y veo al niño. 3 años, pelo moreno, liso y corto, guapo, tímido en la primera experiencia. Le haces feliz porque tú así eres feliz. Una pulsera azul, tampoco ha sido tan difícil, a más porque ha sido él el chiquillo. Me mira cabizbajo, no me conoce pero pasará poco tiempo hasta que lo haga, y aunque haya rechazado mi regalo, luego ya sé que le ha encantado, no vive sin ella, no duerme sin ella, la coloca junto a él, en la almohada o en su bolsillito. Como un niño feliz con su pulsera "de chico".
Tiempo después, me entra la tentación de esa felicidad otra vez. Viernes, las dos, una idea para la alegría. Salgo por la puerta, y me parece ver a su madre saludándome a lo lejos,esperándome, aunque sólo me parece, culpa de la torpe miopía, y me acerco a ellos dos. El pequeño parece que es distinto. Es más abierto. Me siento con él, y empiezo a hablarle. Le gusta leer, se sabe los números, y me empieza a hablar. Además es gracioso e inteligente. "¡Un plátano es amarilloooooooo, no verde!", repite sintiéndose seguro. Y cómo se ríe, con lo goloso que es. Ya por lo menos me conoce, ya por lo menos me dice adiós y se ríe conmigo. D.S.C! (L)

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