7 de julio de 2010

De un grano de arena, una playa.


Mañana soleada y el ruido de la aspiradora se oía aún con la puerta de la habitación cerrada. Así una no podía descansar, y en verano lo único que apetecía era dormir, pues el mercurio sobrepasaba los cuarenta grados a la sombra. Me levanté e hice mi cama, me dispuse a ir hacia la cocina y prepararme aunque fuese un cola-cao simplemente, pero al sentarme en la cama para buscar bajo ella las zapatillas, vi en la mesilla un sobre con mi nombre.
Me lo entregó el último día que le vi, el 28 de junio, el día que fuimos a por las notas... Me dijo " ábrelo en tu casa, cuando estés preparada ". LLevaba una semana el sobre en la mesilla y no lo había abierto todavía, ni siquiera sabía si quería hacerlo. ¿Qué habría? Esta mañana me había despertado para comerme el mundo y la primera prueba que este me ofrecía para conseguirlo era el sobre. Lo abrí, una carta como había de esperar.
"Hola amiga:
Ahora que lo leas, tendremos un verano largo para pensar. ¿Sobre qué? No lo sé, supongo que todo lo que vivimos juntas, como amigas, para acordarnos, y sonreír de los buenos momentos, aunque alguna vez hubiésemos desistido y casi habernos ahogado en tonterías, bueno y también de lo que nos ayudamos y preocupamos mutuamente ¿no? En este verano caluroso que va a ser, dudo que nos veamos, no vivimos en la misma ciudad, y las vacaciones son como un mundo distinto, pero ya llegará septiembre, de manera diferente por que ya sabes tú, pero llegará y nos veremos. Tú podrás pedirme consejos como hasta ahora y dejarme leer tus maravillosas letras, y en cambio, yo te pediré lo que siempre te he pedido, un poco de cariño para mí.
Ahora escúchame, primero habrás leído esta pequeña carta, así que rebusca en el sobre encontrarás algo más.
Y recuerda, siempre será igual.
Un beso muy grande."
Vaya mañana, las 11 y ya estaba llorando de emoción. Enseguida encontré en el sobre un pequeño colgante, redondo y en él estaba grabado su nombre y el mío como símbolo de buena amistad. Pero aún había más, el colgante se abría y dentro ponía: siempre será igual.
Ahora lo único que me apetece es llamarla y darle las muchísimas gracias, lástima que no tenga su número. Esperaré a septiembre impaciente.
Sólo cuando no tienes algo, te das cuenta de lo mucho que vale. Incluso un grano de arena, porque de ese grano se crea una playa. Al igual que de una palabra, una sonrisa o una mirada se crea una amistad.

9 comentarios:

  1. Que bonito, si es real te has tenido que emocionar mucho con esa carta, y si no lo es, la verdad es que te has esforzado mucho...
    Un beso!
    (http://estaesmividaaceptala.blogspot.com)

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  2. No lo es ciertamente, no había carta, pero sí las cosas que me dijeron :)
    Gracias por comentar!
    Un beso

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  3. valla yo no habría podido aguantar tanto sin saber que es lo que contenía ese sobre. Lo habría abierto nada mas llegar a casa! :)

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  4. Creo que tenía miedo, un poquito de saber la verdad (:

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  5. Cuando nos damos cuenta de las personas que están si que nuestro grano se convierte poco a poco en una playa, un simple gracias, un simple colgante, un simple algo con significado para la otra persona es lo que nos hace crecer y de pequeños detalles se llena la playa. A tu amiga dile lo que sientes.
    Un saludo.

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  6. son los pequeños detalles que nos hacen vivir y disfrutar de la vida con una sonrisa :)

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  7. Espero que al final, en septiembre os volvais a reunir y seais igual de buenas amigas, conservala, quedan pocas!
    Saludos ^^

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  8. Sabes? me hicistes acordar a un profe que tuve el año pasado que nos hablaba sobre un pequeño grano de arena, y este texto me hizo recordar todo lo que dijo.
    Un pequeño grano de arena, puede hacer la diferencia:)

    Me encantó!

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  9. Gracias por comentar todos, deciros que sí tendría que decirselo a ella pero el miedo me sobrepasa...
    Y luego que cada uno somos un grano de arena, y todos la playa :D
    A Marina, me alegra que lo que escribo te recuerde a momentos de tu vida.
    Besos!

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