11 de mayo de 2010

Una pequeña cámara


La luz que nos iluminaba era siempre la misma.
El suelo que pisábamos eran siempre las mismas baldosas tristes y frías.
Las paredes que nos encerraban transmitían una belleza extraña.
El reloj que sonaba marcaba cada minuto.
Y una pequeña cámara escondida, una pequeña cámara para ambas, una pequeña cámara que disimulaba todo lo irreal gracias a las trampas que hacíamos y nos hacían reír. Una pequeña cámara que guardó cada secreto,cada palabra de consuelo, de ayuda, de comprensión, y que de ello luego se deshizo como los papeles en el mar.
La puerta a la realidad, la puerta al deseo.
Las ventanas de lo imaginario, las ventanas del terror rutinario.
Las rejas a la vida, las rejas a los sueños.
Un montón de gracias que decir, una montaña de abrazos que transmitir, y lo único que soy capaz de sentir, son las lágrimas que por mi cara resbalan.

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